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1.1 Herramientas para el autoconocimiento y mejorar la resiliencia

2 Descarga gratis libro «La Resiliencia»

3 Referencias de Autoconocimiento y Resiliencia

Autoconocimiento y resiliencia

He escrito un libro llamado “Resiliencia” donde trato en detalle la Resiliencia, las características de una persona resiliente, así como las formas de mejorar cada una de las características. Al final del libro cuento mi historia personal para que veas cómo a lo largo de mi vida y mis circunstancias adversas he ido creciendo y me he ido haciendo cada vez más resiliente.

También si necesitas ayuda para afrontar tu situación actual ponte en contacto conmigo porque te podré ser de gran ayuda. He hecho coaching, cursos de formación y he dado conferencias.

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El autoconocimiento nace de las respuestas que aparecen cuando la persona se pregunta, ¿quién soy yo? Es el punto de partida de cualquier tipo de desarrollo personal y espiritual, uno de los principios básicos para la regulación emocional, la adaptación al entorno, la consecución de metas y la relación con los demás. Es, por tanto, una condición esencial para el enfrentamiento de situaciones difíciles como la actual, y uno de los componentes esenciales de la resiliencia. Si no sabes quién eres, no conoces tus capacidades, te sentirás inseguro para afrontar el presente y el futuro.

Pero llegar al verdadero autoconocimiento no es tarea sencilla. Cuando nos preguntamos acerca de quienes somos, en ocasiones nos limitamos a reconocer los rasgos más aparentes de nuestra personalidad, o de nuestro comportamiento. Sin embargo, el auténtico autoconocimiento va más allá, porque supone realizar un análisis profundo para llegar a la verdadera naturaleza y esencia. Supone, por tanto, además de reconocer esos rasgos aparentes, identificar otras variables como deseos, valores, principios, creencias, estilos cognitivos o emociones. El problema es que estos aspectos a veces no son tan accesibles, y pueden quedar escondidos bajo las expectativas de otras personas o de las situaciones que vivimos.

Otra de las barreras que nos encontramos para el autoconocimiento es que preferimos desechar la visión de nosotros mismos que no nos agrada, y tratamos de minimizar o directamente eliminar aquellos aspectos internos que no nos gustan, lo cual resta objetividad y realismo al conocimiento que tenemos sobre nuestra naturaleza más esencia.

El dinero, la abundancia, y el apoyo social y emocional contribuyen con un mejor bienestar, pero es importante notar que la calidad de vida es algo que viene desde dentro. Existen muchas personas pobres que viven bien, y muchos ricos que viven mal. Dicho esto, el estatus financiero parece no ser la respuesta a la felicidad como hemos visto anteriormente.

Curiosamente, el éxito parece que tampoco lo es, pues una vez que alguien logra el éxito en algún aspecto de su vida, dicho aspecto pasa a formar parte de la normalidad y cotidianidad diaria. Lo que se genera es quizás un periodo de alta emoción y alegría, contribuyendo con una sana felicidad efímera, pero no hablamos de un bienestar permanente.

Cada vez más y más estudios comprueban que las personas que mejor viven, son aquellas que tienen una psicología más saludable y controlada (por sí mismos). En otras palabras, el bienestar de vida proviene de nuestro interior y la única manera de potenciarlo, es mediante el uso de herramientas para nuestro Desarrollo Personal.

El autoconocimiento es conocerse a uno mismo de verdad, de forma sincera, honesta y realista, fundamental para la mejora del bienestar emocional, siendo uno de los puntos fuertes de la inteligencia emocional y es clave para el desarrollo personal y el desarrollo espiritual.

El autoconocimiento y la autoestima es el resultado de un proceso reflexivo mediante el cual el la persona adquiere la noción de su persona, de sus cualidades y características. Lo que le permitirá tomar decisiones significativas para su vida y le hacen ser más resiliente.

Todos creemos que nadie nos conoce mejor que nosotros mismos; pero esto no siempre es así, pocas veces nos paramos a reflexionar sobre quiénes somos; de hecho, si no hemos realizado un trabajo previo, nos puede resultar difícil hablar sobre cuáles son nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestros talentos, nuestros valores, nuestras metas, etc

El autoconocimiento es el resultado de un proceso reflexivo mediante el cual la persona adquiere noción de sí misma, de sus cualidades y características.

Este proceso es continuo, quiénes somos es consecuencia de todo lo que vamos viviendo; de las personas que pasan por nuestra vida, de nuestros valores, pensamientos y emociones; en definitiva, de nuestras experiencias, ya sean positivas o negativas. Todo forma parte de lo que actualmente somos.

Quienes somos no es estático, evolucionamos según pasan los años y según vivimos las circunstancias. Es por eso que no nos tenemos que quedar con nuestra imagen del pasado, pues en el presente a lo mejor somos otra persona. La única forma de verlo es mirar en nuestro interior.

Conocernos, saber quienes somos, lleva su tiempo, y no siempre resulta agradable, a veces, también, puede ser angustioso. En ocasiones podemos descubrir aspectos en nosotros que nos avergüencen o, incluso, nos asusten; ideas que parecen ser incoherentes y contradictorias con respecto de lo que pensamos sobre nosotros mismos, pero que también forman parte de quienes somos; cuando no aceptamos y rechazamos esas partes que consideramos negativas de nosotros mismos, también nos estamos negando la oportunidad de mejorarlas; y por tanto de desarrollarnos y crecer a nivel personal y espiritual.

Una de las mejores formas de conocerse a uno mismo es a través de la meditación, donde observarás tus pensamientos, tus sentimientos y por tanto te observarás a ti mismo.

El autoconocimiento es uno de los fundamentos del desarrollo personal, y es clave para poder regular nuestras emociones, relacionarnos con los demás y trabajar para conseguir nuestros objetivos. Es uno de los aspectos clavees de la resiliencia.

A medida que avanzamos en nuestro propio conocimiento, también conseguimos mejorar otras competencias emocionales fundamentales para nuestro bienestar psicológico y mejoramos otras características de las personas resilientes.

El primer paso para comprender quiénes somos es saber cómo nos sentimos. La toma de conciencia de las emociones constituye la habilidad emocional fundamental. Hay que ser conscientes de nuestros estados de ánimo y de los pensamientos que tenemos acerca de esos estados de ánimo.

La persona que es consciente de sus estados de ánimo mientras los está experimentando goza de una vida emocional más desarrollada. Son personas cuya claridad emocional impregna todas las facetas de su personalidad; personas autónomas y seguras de sus propias fronteras; que tienden a tener una visión positiva de la vida y que, cuando tienen un estado de ánimo negativo, no le dan vueltas obsesivamente y, en consecuencia, no tardan en salir de él. Su atención, en suma, les ayuda a controlar sus emociones.

Quiénes se conocen bien saben gestionar mejor sus emociones, sin llegar a desestabilizarse, incluso en los momentos de mayor dificultad; por tanto, desarrollar nuestro autoconocimiento es el punto de partida para mejorar nuestro bienestar emocional y psicológico. Las personas que son capaces de gestionar mejor sus emociones son más resilientes que las que no.

El autoconocimiento, influye en nuestro rendimiento, condiciona nuestras expectativas y motivación; nos facilita la aceptación de los aspectos que no nos gustan de nosotros mismos, y cambiarlos, si así lo decidimos, para poder seguir avanzando y lograr nuestros objetivos.

El autoconocimiento te muestra quién eres, de dónde partes, tus características, tus fortalezas, tus debilidades y te muestra tanto tu personalidad como lo que es realmente importante para ti. Esto último te permite que tengas metas y objetivos.

De nada sirve planear un futuro si no te conoces a ti mismo. Es como el que planea llegar con un mapa a un puerto, pero no sabe de dónde parte, no puede fijar un rumbo.

Además, el conocerte te mostrará tus capacidades y tus limitaciones y por tanto estarás más preparado para afrontar cualquier impedimento en el camino. El que se conoce así mismo es más resiliente, pues conoce sus capacidades y sabe enfrentarse a las situaciones de la mejor forma posible teniendo en cuenta las mismas. Con el autoconocimientos aceptas mejor el futuro y actúas mejor en el presente.

Con el autoconocimiento descubres lo que es realmente importante para ti y te permite planificar tu futuro con metas y objetivos, así como lidiar con el presente. En todo momento tienes claro tus prioridades, y como dice el dicho que vimos antes “lo primero va antes y el resto va detrás”.

Cuando te conoces a ti mismo, tienes más fuerzas y energías, pues tienes objetivos y metas que sacan lo mejor de ti en cualquier momento. Conociéndote a ti mismo tendrás un gran crecimiento personal y emocional y si aprovechas ese impulso para profundizar en lo que realmente somos, también un crecimiento espiritual.

Reconocer cuáles son las principales fortalezas y habilidades de uno mismo, así como las debilidades, es clave para identificar qué podemos mejorar, cómo podemos reconstruirnos de forma que estemos más a gusto. La persona resiliente puede tener momentos decadentes, pero se levanta a sí misma y fortalece su autoestima en el esfuerzo. Es muy importante para ello aprender a desaprender, y no dar todo por sabido. Cada día se puede encontrar diversas formas de afrontar las situaciones.

Cuando te conoces a ti mismo:

Puedes tomar mejores decisiones que te hagan más feliz y menos esclavo de tus circunstancias.
Aumentas tu nivel de conciencia y te das cuenta de aspectos de tu vida susceptibles a mejorar.
Detectas tus fortalezas y cualidades, con lo cual mejora tu autoimagen y aumenta tu autoestima.
Adquieres un mayor autocontrol, tanto personal como emocional.
Encuentras lo que te motiva en la vida y con suerte encuentras tu propósito en la misma
Aceptas el futuro y el presente con realismo y confianza porque conoces tus capacidades.
Creces personalmente, emocionalmente y espiritualmente.

Herramientas para el autoconocimiento y mejorar la resiliencia

El autoconocimiento te mostrará tus capacidades y debilidades, evaluando más realistamente las situaciones actuales pues conoces tus capacidades. Además, te permitirá diferenciar claramente lo que está en tu control y por tanto en lo que debes poner energías, de lo que está fuera de tu control y debes asumir. Además, te permitirá por tener la mente más abierta detectar oportunidades o soluciones a problemas del presente

El autoconocimiento te permitirá evaluar tu pasado, sin juicios y por tanto aprender de él, tanto de los éxitos como de los fracasos y por tanto tener un crecimiento personal.

También te dará seguridad ante un futuro incierto, pues te da autoconfianza y con ésta los miedos a la incertidumbre y la falta de control disminuyen mucho, porque confías en ti.

Es decir que trabaja lo más importante de la resiliencia que es la aceptación de pasado, del presente y del futuro.

Pero no se queda ahí lo que aporta a la resiliencia, pues te hará más flexible ante las circunstancias porque tendrás más autoconfianza y estarás dispuesto a tomar otros caminos.

Si el autoconocimiento es muy profundo (espiritual), puedes encontrar un sentido más elevado a tu vida, un propósito que salga de tu interior o que sea de algo más transcendente que tú, lo que te guiará por el camino de la vida y te dará una dirección.

Con el autoconocimiento descubres lo que realmente quieres, lo que te gusta, lo que te hace feliz, por lo tanto te permite poner objetivos y metas orientados a lo que realmente es importante para ti.

El autoconocimiento te dará más autocontrol y mejor gestión emocional, por lo que serás capaz de afrontar mejor cualquier situación que te encuentres en la vida.

Es decir, que el autoconocimiento es básico para desarrollar otras cualidades de la resiliencia.

1. Quién soy

Este ejercicio te permite ver quién eres en este momento, el momento actual, y quién quieres llegar a ser. Destacar que lo más importante es decidir cómo vas a conseguir llegar a ser la persona que deseas y anhelas ser ¿Cuál sería tu estrategia para conseguirlo?

Coge tres hojas, en la primer escribe quién eres, en la siguiente quién deseas llegar a ser y en la última cómo vas a hacerlo. Esto te permitirá ver el rumbo de tu vida.

Sería interesante complementar este ejercicio con un feedback de las personas de tu confianza para conocer cómo te ve y percibe tu alrededor.

En ese ejercicio de autoanálisis, hay muchas preguntas que nos podemos lanzar para llegar a ese descubrimiento ¿Cómo me siento con respecto a mi pasado?¿Cuáles son las cualidades que más me gustan de mí? ¿Cuáles son las principales áreas de mejora que tengo?¿Qué me hacen sentir las personas con las que me relaciono? ¿Qué es lo que más me gusta de ellas? ¿Y lo que me cuesta más trabajo aceptar?¿Cómo reacciono frente al estrés? ¿Qué fue lo que hice, lo que sentí, lo que me pasó en el último problema que tuve? ¿Qué puedo aprender de ello? ¿Cuáles son las cosas que más me decepcionan? ¿Y lo que me hace vibrar? ¿Qué valores son importantes para mi? ¿Qué quiero conseguir en mi vida, en mi trabajo, con mi gente?¿Qué podría hacer para cambiar lo que no me gusta de mi vida?, etc.

Con esto también haremos una lista de virtudes y defectos. Puede resultar en ocasiones complicado saber identificar cuáles son nuestros defectos y virtudes. Por ello, tratar de escribir en un papel una lista sobre las cualidades y defectos, puede ayudar a conocernos mejor. Incluso puede ser útil preguntar a personas cercanas para poder tener una lista más completa.

Con este ejercicio ,verás de dónde partes hacia el futuro, quién eres ahora. Por otro a dónde quieres llegar, quién quiere ser, el destino que te gustaría tener. Y con el conocimiento que tienes ahora en el presente te permite definir cómo lo vas a conseguir y por tanto definir tus objetivos y metas.

Si quieres ir más allá del crecimiento personal y quieres descubrir la verdadera felicidad que está dentro de ti, la pregunta ¿quién soy yo?, unida a la meditación te mostrará claramente que no eres tus pensamientos, ni tus sentimientos, eres otra cosa, eres pura Conciencia.

2. Meditación

La meditación te obliga a estar solo, en silencio, con tus pensamientos, con tus sentimientos, y sin que hagas nada más automáticamente te da información sobre ti, es decir, más autoconocimiento. Te ayudará a conocerte mejor, desde lo profundo de tu ser, desde la distancia de la Conciencia. Si se hace bien y se es riguroso con la práctica te dará un gran crecimiento personal y espiritual como comento en el capítulo de la meditación.

3. La línea de la vida

Esta herramienta consiste en dibujar una línea horizontal que represente tu vida. Una vez creada, lo primero que deberás hacer es marcar el punto medio que representará “el ahora“. Seguidamente, en la sección izquierda, comienza a incluir las diferentes situaciones y experiencias importantes que hayas vivido en el pasado ordenadas cronológicamente. Así, podrás ser consciente de aquellas cosas que relevantes en tu vida. Pondrás las situaciones y experiencias vividas que te hayan dejado huella, que te hayan marcado y realmente relevantes en tu vida (enfermedades importantes, pérdidas cercanas, cambios laborales, premios obtenidos, llegada de un bebé…). Tanto las buenas como las malas. Las buenas las puedes anotar por encima de la línea y las malas por debajo, así tendrás una mejor visión de tu pasado.

Posteriormente, complementa la parte del futuro en la sección derecha de la línea, señalando tus objetivos más cercanos y alejados en el tiempo.

Al finalizar esta tarea, reflexiona sobre lo que has vivido y sobre cómo te planteas conseguir y alcanzar los objetivos marcados en tu futuro y cómo te hace sentir el camino que marcas.

4. Tener un diario de emociones

Escribir sobre nuestras emociones puede aportarnos muchos detalles sobre nosotros mismos, otras personas o diferentes situaciones. Debido a ello, el diario emocional es considerado una técnica para facilitar el autoconocimiento.

En él, escribirás antes de acostarte las emociones que has tenido en el día y si puedes saber sus causas, las causas. Esto te ayudará a ver qué es lo que te mueve internamente, qué te afecta, qué condiciona tu comportamiento, etc.

Conocer cuáles son las emociones que más se repiten en tu día a día o su origen, ser consciente de tu propio estado emocional puede facilitarte un mayor autoconocimiento en cualquier parcela de tu vida que desees.

5. Cartas a ti mismo

Las cartas a ti mismo también son una excelente herramienta para conocerte mejor. Pues propician un diálogo interno profundo que te permiten conectar con tu propia existencia, tus deseos más genuinos y con los demás aspectos de ti mismo que no te has atrevido a exteriorizar.

En estos escritos, puedes hablar de cómo te hacen sentir determinadas situaciones; cuáles pensamientos te preocupan y cuáles te hacen sentir pleno; qué aspectos de ti te agradan y te disgustan; qué metas y objetivos quieres alcanzar; etc.

Si así lo prefieres, puedes escribir estas cada cierto tiempo y, llegado a un punto, releerlas. Así, podrás observar tu evolución cómo persona y seguir proyectándote.

El escribir no sólo tiene el objetivo de ver cómo evolucionas con el tiempo, sino que es terapéutico, al plasmar en papel las cosas pierden parte de su fuerza. Si plasmas objetivos y metas, te comprometes más con ellos. Además al escribir las cosas te acuerdas de detalles, de personas o de circunstancias relacionadas que de otra forma quedarían en el olvido.

6. Viaja en solitario

Por lo general, la rutina nos invita a priorizar las labores diarias, la rutina diaria y la conexión con los otros. De manera que vamos dejando de lado espacios para estar a solas y conectar con nosotros mismos.

Por ello, viajar solo es una oportunidad para disfrutar de nuestra propia compañía y reflexionar sobre nuestra propia existencia.

7. Terapia psicológica o coaching

Todas las herramientas presentadas hasta ahora pueden servirte de apoyo para fomentar el autoconocimiento y potenciar el autoestima. Pero, existen situaciones en los que la persona requiere de la asistencia profesional para poder encontrarse a sí mismo.

En estos casos, el proceso terapéutico brindará las herramientas necesarias para que se efectué la toma de conciencia de aquellos aspectos que pasan desapercibidos por el propio sujeto y que no es capaz de advertirlos por sí solo.

8. La rueda de la vida

Herramienta muy popular y muy empleada en procesos de coaching que ayuda a visualizar de una forma inmediata y muy gráfica las distintas parcelas de tu vida, para así tener una visión clara y general de qué es lo que está ocurriendo y qué es lo que te gustaría mejorar.

Explico en detalle esta técnica en mi libro “Recupera tu vida. Gestiona tu tiempo y tu energía” (https://www.amazon.es/RECUPERA-TU-VIDA-GESTIONA-ENERG%C3%8DA/dp/8417403280/ref=sr_1_1?crid=2JJHGPI2TAEC2&keywords=luis+arimany&qid=1663260161&sprefix=%2Caps%2C450&sr=8-1 ).

Para hacer “la rueda de la vida” deberás dibujar un círculo grade y dividirlo en tantas porciones cómo quieras. Imagínate un “queso” y los “quesitos” del Trivial o una pizza redonda, donde cada una de las porciones en las que se divide sea una de esas parcelas o áreas de tu vida.

No hay un número establecido de áreas, tú eres el que tienes que determinar cuáles son las parcelas que tienen más importancia en tu vida, lo habitual suele ser ente 8 y 12: salud, amistad, trabajo, familia, pareja, economía, ocio y diversión, etc.

Una vez que hayas elegido estas parcelas que consideras fundamentales, deberás asignarles un número del 0 al 10 dependiendo de cómo te sientes de satisfecho con esa área de tu vida.

El 0 estaría en el centro del círculo y significaría nada satisfecho y el 10 lo ubicaríamos en la parte externa y significaría muy satisfecho.

Una vez que hayas anotado la puntuación en cada una de las áreas, hay que unirlas con una línea y el resultado será una especie de polígono. Las áreas sobre las que más deberíamos trabajar son las que obtengan la puntuación más baja, pero dependiendo del momento en el que te encuentres y de lo que necesites a corto plazo, quizás decidas trabajar por ejemplo antes sobre un área con una puntuación de seis, que en otra que tenga un cuatro porque tiene más importancia.

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