Depresión y Suicidio

Depresión y Suicidio Luis Arimany

La depresión es un problema grabe en el mundo, afectando al 4,2% de la población.

Es un problema que ni los deprimidos, ni su entorno entienden ni saben gestionar.

Lo primero que hay que entender es que la persona deprimida está enferma, entonces es más fácil comprenderla y gestionarla.

Por otro lado el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España por encima de las muertes en accidente de tráfico.

Todos vemos muchísimas campañas publicitarias de Tráfico y sin embargo no se habla del suicidio, que trae más muertes, ni la depresión, que causa millones de euros a las arcas públicas.

Este libro tiene dos partes una divulgativa escrita por una persona que ha pasado 3 depresiones y la tercera de 3 años. Y otra en la que cuento mi historia personal.

Mi objetivo es ayudar a deprimidos y posibles suicidas a entender su condición, que pidan ayuda y a las familias entender que están enfermos y cómo tienen que ayudar. 

 

La depresión es un trastorno emocional que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), España es el cuarto país de Europa en número de casos con dos millones de personas afectadas, es decir el 4,2% de la población.

Personalmente no me gusta habar de trastorno emocional, pues nadie sabemos qué cuernos significa realmente eso. Prefiero llamarle enfermedad, enfermedad mental, como hacen muchos psiquiatras, ya que hace más entendible la depresión. Cuando alguien se rompe una pierna, todos comprendemos que está escayolado y que tiene movilidad limitada. Igualmente, el que está deprimido tiene su cerebro estropeado y por tanto también está limitado como veremos en los siguientes capítulos.

La depresión es una enfermedad mental que provoca bajo estado de ánimo, apatía y sentimientos de tristeza, que generalmente afectan al grado de actividad, al pensamiento y al comportamiento de las personas que la sufren.

En ocasiones, se acompaña de sentimientos negativos como el de culpa, irritabilidad y pesimismo, así como de una disminución de la concentración, del apetito y de la libido. En los casos más graves pueden aparecer ideas de muerte o suicidio.

Todas las personas nos sentimos tristes, melancólicas, desmotivadas en algún momento de nuestra vida. Estos sentimientos por sí mismos no pueden considerarse patológicos, de hecho, la tristeza es una respuesta emocional normal ante algo que nos ha herido o ante circunstancias difíciles de las que nos es complicado escapar.

Para llegar a constituir un trastorno (enfermedad) deben darse una serie de condiciones, entre las que se incluyen la intensidad y la duración de los síntomas, y si éstos llegan a afectar a la capacidad de la persona para relacionarse con los demás, trabajar e incluso involucrarse en actividades de su día a día (hacer la compra, cocinar, deporte, etc.). De ahí la importancia de saber diferenciar entre tristeza y depresión.

Se trata de una patología que no afecta a los dos sexos por igual. Según datos de la OMS de las personas que presentan depresión un 5,1% son mujeres y un 3,6% son hombres.

Veamos cómo define la depresión Wikipedia:

“La depresión (del latín depressio, que significa ‘opresión’, ‘encogimiento’ o ‘abatimiento’) es el diagnóstico psiquiátrico y psicológico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana (la anhedonia). Los trastornos depresivos pueden estar, en mayor o menor grado, acompañados de ansiedad.”

La depresión es un trastorno emocional o enfermedad mental que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También denominada «trastorno depresivo mayor» o «depresión clínica», afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales. Es posible que el paciente tenga dificultades para realizar las actividades cotidianas y que, a veces, sienta que no vale la pena vivir.

Hay que distinguirla de un estado emocional bajo o de tristeza, temporal, provocado o no por causas externas. Ese estado emocional se amortigua llorando, hablando de él y sobre todo con el tiempo. Con la depresión esto no ocurre.

El origen de la depresión es multifactorial. En su aparición influyen factores biológicos, genéticos y psicosociales.

Diversos factores ambientales aumentan el riesgo de padecer depresión, tales como el fallecimiento de un ser querido, la mudanza de país, conflictos familiares, post operatorios, factores de estrés psicosocial, permeabilidad intestinal aumentada, intolerancias alimentarias, inactividad física, obesidad, tabaquismo, atopia, enfermedades periodontales, sueño y deficiencia de vitamina D.

Entre los factores psicosociales destacan el estrés y ciertos sentimientos negativos (derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia de un accidente, asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias, tristeza, contexto social, aspectos de la personalidad, el haber atravesado una experiencia cercana a la muerte) o una elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un ser querido).

La depresión puede tener importantes consecuencias sociales, laborales y personales, desde la incapacidad laboral (ya que se puede presentar un agotamiento que se verá reflejado en la falta de interés hacia uno mismo, o incluso el desgano para la productividad, lo cual no solo afectará a quien está pasando por la depresión, sino también a quienes lo rodean) hasta el suicidio. Otros síntomas por los cuales se puede detectar este trastorno son cambio del aspecto personal, enlentecimiento psicomotriz, tono de voz bajo, constante tristeza, llanto fácil o espontáneo, disminución de la atención, ideas pesimistas, ideas hipocondríacas y alteraciones del sueño. Desde la biopsiquiatría, a través de un enfoque farmacológico, se propone el uso de antidepresivos. Sin embargo, los antidepresivos solo han demostrado ser especialmente eficaces en depresión mayor/grave (en el sentido clínico del término, no coloquial).

Es decir, el origen de la depresión es multifactorial. En su aparición influyen factores biológicos, genéticos y psicosociales. Y no lo que todo el mundo prejuzga que son los psicosociales, la depresión es mucho más que tener un problema que te cueste gestionar.

Existen muchas personas que están sumamente deprimidas y nadie a su alrededor lo nota, en ocasiones ni siquiera ellas mismas logran identificarla.

Es curioso, pero una persona deprimida puede llegar a alejarse tanto de sus propias emociones que puede literalmente no sentir nada o casi nada.

Datos sobre la depresión

Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud):

–             La depresión es un trastorno mental o enfermedad mental frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.

–             La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de morbilidad.

–             La depresión afecta más a la mujer que al hombre.

–             En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio.

–             Hay tratamientos eficaces para la depresión.

La depresión puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio, que es la causa de aproximadamente 1 millón de muertes anuales.

He estado mirando artículos para documentarme para dar datos sobre la depresión y el suicidio. Voy a resumir uno bastante completo hecho por RTVE sobre la depresión en España y con datos del INE (Instituto Nacional de Estadística).  

Más de 2,1 millones de personas sufren en España algún cuadro depresivo y 230.000 de ellos grave.

Cuadro de texto: La depresión es una enfermedad más común de lo que pensamos, la tiene el 5,25% de los españoles, sin embargo es una enfermedad estigmatizada, de la que no se habla y la cual se tiende a ocultar

En España, a mediados de 2020, había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo, el 5,25 % de la población mayor de 15 años de todo el país, según la Encuesta europea de salud, cuyos datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De todas ellas, 230.000 personas sufrían una depresión grave.

La prevalencia de la depresión en mujeres duplica a la de hombres (7,1% frente a 3,5%), y en los cuadros de depresión grave la diferencia es aún mayor: por cada caso grave en hombres hay 3,5 en mujeres. Los cuadros depresivos son más frecuentes al aumentar la edad y alcanzan su valor máximo entre los mayores de 85 años, donde afectan al 16 % de la población.

Por comunidades autónomas, Castilla y León (10 %) y Comunidad Valenciana (9,8 %) tienen las mayores prevalencias de cuadro depresivo entre los mayores de 15 años, y las cifras más bajas están en Baleares y Cantabria, además de Ceuta y Melilla

Datos de depresión por comunidad autónoma

La depresión, según la actividad laboral tiene la prevalencia que se ve en el siguiente gráfico:

Datos de depresión por actividad económica

Grecia y España son los países de la Unión Europea con más prevalencia en depresión. En el caso de España, registraba 5.714 casos por cada 100.000 habitantes, según datos de 2019 recopilados por la fundación Civio (www.civio.es).

Aunque está lejos de los más de 8.600 casos de Portugal y los más de 7.000 de Países Bajos e Irlanda, los países más afectados por estos problemas de salud, significa que en España cinco de cada cien personas están diagnosticadas de depresión, y el mismo dato en lo que respecta a los trastornos de ansiedad (la prevalencia es de 5.129 casos por cada 100.000 habitantes).

A continuación podemos ver gráficos de depresión por países:

Datos de depresión en Europa

La solución a los problemas de salud mental se identifica muchas veces con la prescripción y consumo de medicamentos. Y en buena parte es así por la insuficiencia de psicólogos en la atención primaria que contribuirían a disminuir el consumo de psicofármacos, que es realmente elevado en España. España es líder en consumo de ansiolíticos y antidepresivos

España es, junto a Portugal, uno de los países de la OCDE donde más ansiolíticos y antidepresivos se consumen. Los datos son elocuentes y alarmantes: más de dos millones de españoles toman a diario ansiolíticos, que son de fácil acceso en farmacias sin necesidad de un diagnóstico específico. Las mujeres doblan a los hombres en el consumo de psicofármacos y son más proclives al diagnóstico de ansiedad, insomnio o depresión, trastornos que conllevan una mayor prescripción de estas sustancias.

Ahora tocaría hablar del suicidio y la depresión, pero he preferido separarlo y ponerlo en el siguiente capítulo ya que es un problema enormemente grave que merece su propia atención.

Depresión no es ser un flojo, es una enfermedad

La depresión no es que te tomas las cosas demasiado mal o eres un flojo, es una enfermedad, la química del cerebro se ha desajustado, es como si a la persona se le rompiera el cerebro.

El verlo así nos permitirá ver al deprimido como un enfermo y no como un vago, melancólico y flojo. Cuando una persona se rompe una pierna no le exigimos caminar y menos correr, sin embargo, a un deprimido sí que le exigimos las cosas equivalentes a caminar y correr, es más hasta le exigimos siguiendo la analogía, a saltar.

Como veremos a continuación las causas de la depresión son multifactoriales (intervienen distintos factores) y el detonante al que achacamos la depresión no es la principal causa, es simplemente la gota que colma el vaso. Un hecho en la vida de una persona que puede no ser muy trascendental para otra, puede hacer que se rompa y desencadene la depresión. Eso no significa que ese hecho se la ha provocado, significa que ese hecho unido a muchos otros que desconocemos y veremos luego, ha hecho que su cerebro no pueda más y desequilibre su química general.

¿A dónde quiero llegar?, que lo que los demás vemos como que esa persona se ha tomado demasiado a pecho algo como un divorcio, un despido, una muerte y que desencadenan en depresión, no significa para nada que esa persona digiera mal las cosas o que sea una floja, las causas que hay detrás de la depresión están más allá de esa visión simplista que tiene la mayoría de la gente.

Como he dicho, la mejor forma de verlo es como si a la persona se le hubiera roto el cerebro, pues toda su química cerebral (lo que regula cómo funciona el cerebro) se ha alterado y está descompensado. Es entonces donde aparecen de la nada síntomas como la tristeza, la anhedonia (incapacidad de sentir placer) o la abulia (es la falta de voluntad o energía para hacer algo) sin necesidad de que haya una causa aparente tras integrase el detonante.

Sólo entendiendo que el cerebro del depresivo no funciona bien, y que no tiene explicación racional, podemos entender realmente la depresión.

La anhedonia y la abulia hacen que la persona no quiera hacer nada más que estar tirada en el sillón o ver Netflix. No es que sea un vago o no esté luchando contra la enfermedad, es que su cerebro le pide quietud, al igual que un hueso roto pide quietud para sanar.

Hay distintos grados de depresión, que todos se diferencian de un estado de ánimo bajo temporal por la intensidad y por el tiempo que duran. La depresión es una enfermedad grave, que puede matar como un cáncer (luego veremos datos de esto), es tan grave que lleva a muchas personas a suicidarse.

 
  Cuadro de texto: Depresión no significa ser un flojo o tomarte las cosas más. Es una enfermedad grave multifactorial y ha de ser entendida así para entender la depresión

El Suicidio

El suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida. El comportamiento suicida es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a morir, como tomar una sobredosis de medicamentos, cortarse las venas, ahorcarse o estrellar un automóvil a propósito.

En España el suicidio no es un delito, pero sí se castiga su facilitación o instigación por parte de terceros. El artículo 143 del Código Penal español reza que «el que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años»

Es erróneo determinar que la mayoría de las personas que se suicidan quiere morir. La mayor parte de las personas con conductas suicidas lo que desean es liberarse definitivamente de su situación de crisis, hablan de la desesperación asociada a ese momento vital de crisis. Lo que no quieren es vivir de la manera en que lo están haciendo; si la situación de vida cambia, probablemente su deseo de muerte también lo haga.

En mi caso yo he querido siempre vivir, pero lo que durante un año me ha pasado era que el sufrimiento era tal, que la vida no tenía sentido. Afortunadamente he ido encontrando mis anclajes a la vida tanto racionales como motivacionales. Ya se verá que pasará.

Se estima que el 80% de las personas que han consumado el suicidio hicieron alguna advertencia previa. Estas advertencias deben entenderse como peticiones de ayuda y se recomienda explorar, preguntar e indagar sobre el significado de esas expresiones.

A mí me ha sorprendido que este dato fuera tan alto, pero si lo llevo a mi caso personal, mis allegados se preocuparon, pero no hicieron nada cuando les comuniqué que pensaba suicidarme.

https://www.diariosur.es/sociedad/salud/suicidio-primera-causa-20210910172712-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F

La Asociación Española para la Prevención del Suicidio dice que el 90% de las personas que intentan suicidarse presentan algún tipo de trastorno psiquiátrico, como depresión o trastorno bipolar

https://elpais.com/opinion/2022-01-26/el-suicidio-entre-los-jovenes.html#:~:text=Seg%C3%BAn%20un%20estudio%20patrocinado%20por,de%20nuevo%20a%20un%20incremento

El suicido en España

El suicidio es en España la primera causa de muerte no natural, por encima de las muertes en accidente de tráfico.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 se suicidaron en España 3.671 personas -2.771 hombres y 900 mujeres-, «siendo el suicidio ya la primera causa de muerte no natural en España, cifra que se ha disparado sobremanera durante la pandemia de la Covid-19, una tendencia especialmente alarmante entre los jóvenes de 15 a 29 años con un aumento del 250% de los intentos de suicidio.

En nuestro país se produce una media de 10 suicidios diarios; uno cada dos horas y media. El Observatorio del Suicidio en España apunta que las muertes por suicidio triplican ya las de los accidentes de tráfico, multiplican por 13 los homicidios y por 67 la violencia de género.”*

Tampoco registran en nuestro país, las estadísticas las tentativas autolíticas, pero se estima que existe una razón de 1 a 20. Es decir, que hay 20 tentativas por cada suicidio consumado. Es decir que en España cada año se intentan suicidar unas 73.000 personas, que me parece una cifra escalofriante.

En 2021 se produjeron 921 siniestros mortales en las carreteras españolas en los que fallecieron 1.004 personas y otras 3.728 resultaron heridas graves. Es decir, que las muertes por suicidio suponen 3,6 veces las muertes por accidente de tráfico.

Cuadro de texto: El suicidio es la primera causa no natural de muerte, siendo 3,6 veces mayor que los accidentes de tráfico

Entre el 15 y el 30% de personas que realizan un intento de suicidio lo repiten al cabo de un año y hasta el 2% de ellos realizarán un suicidio consumado en los siguientes 5 años tras la tentativa.

Según un estudio patrocinado por el Consejo General de Psicología de España, el 15,5% de la población española dice haber tenido ideas suicidas, pero ese porcentaje se eleva hasta un 25,7% entre los jóvenes de 18 a 25 años. Por debajo de esa edad, los datos también son preocupantes y apuntan de nuevo a un incremento

Las muertes por suicidio en España siguen siendo un tabú directamente relacionado con la salud mental y pocas veces ocupan un lugar relevante en debates, tertulias y en los propios medios de comunicación, donde en muchas ocasiones se opta por silenciarlo para no generar el denominado “efecto llamada. Pero como veremos luego, ese efecto es un mito.

De acuerdo con el Congreso Nacional de Psiquiatría celebrado en Bilbao en septiembre de 2012, los problemas económicos son la primera causa de suicidio, con el 32%, seguidos del desamor y los problemas de pareja (25,8%), los problemas psiquiátricos (19,1%) y los conflictos familiares (11,2%).

El número de suicidios en 2020 en España creció en 270 personas, hasta los 3.941 suicidios, así pues en España se suicidan de media 11 personas cada día.

Esta cifra supone que la tasa de suicidios en España es de 8,3 por cada 100.000 habitantes, menor que la media de suicidios a nivel mundial, que es de 9,28 por cada 100.000 habitantes.

De los 3.941 suicidios que se produjeron en 2020, 2.930 fueron suicidios de hombres y 1.011 de mujeres. Así pues, se suicidan 12,6 hombres de cada 100.000 y 4,2 mujeres de cada 100.000 La diferencia entre la tasa de suicidios masculina y la femenina es bastante grande, lo que es habitual en la mayor parte de países

Esto supone que el pasado año se suicidaron una media de 11 personas al día, es decir, una cada dos horas y cuarto.

Con estas cifras y una tasa de suicidio de 7,7 por cada 100.000 habitantes, se enmarca el suicidio como la principal causa de muerte no natural en España, con el triple de muertes que los accidentes de tráfico,13,6 veces más que los homicidios y 85 veces más que la violencia de género.

Eso sin tener en cuenta los intentos de suicidio y los pensamientos suicidas. Un 15,5 % de los españoles admite haber presentado alguna ideación suicida en el último año, según desvela el IV Estudio de Salud y Estilo de Vida.

A nivel mundial, las cifras son, si cabe, todavía más alarmantes. Una de cada 100 muertes se debe al suicidio, según datos de la OMS. Esto se traduce en un total de un millón de muertes por suicidio, una cada 40 segundos a nivel mundial.

Las principales causas de muerte no natural en España son:

Principales causas de muerte no naturales

En el siguiente gráfico podemos ver que el número de suicidios va cada año en aumento arrojando una tendencia y unas cifras alarmantes.

Evolución de la tasa de suicidios con los años

En el siguiente link hay una tabla que recoge las muertes por suicidio año a año desde 1960

https://datosmacro.expansion.com/demografia/mortalidad/causas-muerte/suicidio/espana#:~:text=Esta%20cifra%20supone%20que%20la,hombres%20y%201.011%20de%20mujeres.

Ahí podemos ver que en 2020 hubo 3.941 suicidios, mientras en 1960  hubo 1.670, que supone una diferencia 2.271 que supone un aumento del 135%.

He tratado de buscar por qué con los años aumentan la tasa de suicidios, pero no he sido capaz de encontrarlo.

En España según el INE en 1960 había 30.582.936 habitantes y ahora 47.432.805, esto supone un aumento de población del 56%. Esto supone que la tasa de suicidios a crecido 2,6 veces más que el aumento de población. Es decir, que el aumento de población no justifica ni por asomo el aumento de suicidios.

¿Entonces por qué aumentan año a año el número de suicidios?. Mi opinión, no formada, es que ahora la gente sufre más que antes. Nuestras vidas son más complejas, tenemos más problemas, nos han vendido un estilo de vida que pocos pueden alcanzar y no nos hacen felices, nos hipotecamos hasta las cejas, etc.

Es decir que, con el paso de los años, todas las comodidades que la tecnología aporta, tener una casa en propiedad, todo a lo que podemos acceder; no nos han simplificado la vida, sino que nos la han hecho más compleja.

Por comunidad autónoma también hay discrepancias, que no voy a analizar para no extender el texto.

Suicidios por comunidad autónoma

Para Daniel Jesús López Vega, psicólogo coordinador de la Asociación de Profesionales en Prevención y Postvención del Suicidio Papageno (papageno.es) “Cada área se caracteriza por cosas diferentes, pero probablemente compartan problemas como crisis económica, despoblación, desempleo y falta de oportunidades para los jóvenes. Esto junto al problema de la soledad no elegida de las personas de edad más avanzada y la dificultad de acceder a servicios sanitarios y, en especial, de salud mental.

Por edades podemos ver en la siguiente tabla los números de suicidios:

Evolución de suicidios por edades y años

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