Ley de la conducta en la adolescencia

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Padres: La ley de la conducta para adolescentes

Para poder entender bien el comportamiento de los adolescentes y poder entender por qué muchas veces los castigos no funcionan, tenemos que entender la ley de la conducta, no sólo para adolescentes, sino que los adultos nos movemos por la misma ley.

Esta sección la escribí hace más de 10 años cuando escribía artículos en mi blog sobre gestión empresarial. En concreto ésta estaba enmarcada en un artículo que hice sobre gestión del conflicto www.luisarimany.com/gestion-del-conflicto

Para poder entender bien el comportamiento de las personas tenemos que ser conscientes de qué elementos afectan nuestra conducta: la ley de la conducta y pirámide de la conducta.

Esta ley permitirá a los adultos, además, entender por qué hay tanta mediocridad en las empresas.

Ley de la conducta

El comportamiento de un ser humano se mueve siguiendo las siguientes la siguientes tres leyes:

  • Si con un comportamiento obtenemos un beneficio esa conducta aumentará.
  • Si con un comportamiento obtenemos un castigo, esa conducta disminuirá.
  • Si con un comportamiento me quedo igual, esa conducta disminuirá poco a poco.

El beneficio o el castigo, es lo que nos permite mantener una conducta, pero depende de la persona. Lo que funciona con algunas personas no funciona con otras, por este motivo los premios y lo que es un premio para una no tiene por qué serlo para otra. Por eso los premios y castigos han de ser distintos y adecuados a cada persona.

Para poder acertar con los premios y con los castigos tenemos que conocer al adolescente, para así adecuarme a la escala de valores de ellos. Podremos ver si lo estamos haciendo bien si las conductas que queremos potenciar aumentan y si las que queremos eliminar disminuyen.

Cualquier conducta inadecuada en el tiempo se sustenta por un beneficio. Por eso si queremos cambiar dicha conducta tenemos que cambiar una de las siguientes cosas:

  • eliminar el beneficio que refuerza la conducta.
  • poner un castigo a esa conducta.
  • y la mejor opción es poniendo un mayor beneficio si no se hace esa conduta.

Cuando el beneficio es a muy largo plazo, o no está claro, la conducta tenderá a desaparecer. A pesar de esto, gracias al sacrificio, a la voluntad y a la responsabilidad, algunas personas somos capaces de mantener ciertas conductas.

Aquí viene el problema de los estudios con los adolescentes, el beneficio que es tener unas buenas notas para elegir una buena carrera les queda a tan largo plazo que su hábito de estudio tenderá a disminuir. Es por eso dentro del autocontrol de adolescente que es bueno poner un horario, pues esta programación hará que la conducta de estudio se mantenga.

Son siempre mejores los premios que los castigos, ya que los castigos empeoran las relaciones y además el ser humano genera una gran tolerancia a los castigos.

Cuando se usan los castigos es muy importante ser consistente y claro con los castigos. El adolescente ha de saber que si hace determinado comportamiento obtendrá siempre un castigo. Es por esto que las reglas de juego en casa deben ser claras así como sus castigos, de nada vale un día castigar por una cosa y otro día no. O tener un castigo severo por algo que a lo mejor para el adolescente no tiene tanta importancia ( o no se la hemos sabido hacer ver) y un castigo suave para algo que para el adolescente es grave.

Es por esto que las cosas se tienen que hablar en casa, el adolescente debe saber qué es importante, por qué, con qué reglas del juego está jugando y dónde están los límites movibles y cuales no son movibles.

Si no se es coherente y unas veces castigo y otras no, estaré reforzando esa conducta, ya que el adolescente no sabrá cómo actuaremos y por tanto probará suerte para obtener el posible beneficio que le reporte la conducta. Los que somos padres, pecamos demasiado en esto, ¿verdad?

El rendimiento de la mediocridad

Con lo expuesto en el punto anterior, se puede justificar por qué en la mayoría de grupos heterogéneos de trabajo se tiende al rendimiento del mediocre. Veámoslo en el marco de una empresa, que tiene como analogía lo que ocurre entre los hermanos.

Partiendo de la base de que tenemos un equipo de tres personas, compuesto por una persona trabajadora, un mediocre y un vago, si no motivo bien a cada uno, el rendimiento medio del grupo descenderá.

Lo que suele ocurrir es que, por comodidad, lo que hacen los jefes es dar trabajo al trabajador y dejarle casi sin trabajo al vago. Esto lo que hace es castigar al trabajador, por lo que a la larga hará que cambie su conducta y baje su rendimiento. Por otro lado, el vago vivirá muy bien y verá reforzada su conducta. Con los hermanos pasa lo mismo, si uno ayuda en casa y el otro no, lo que tendemos hacer es pedir tirar del que ayuda, y de esta forma le estamos castigando y al hijo vago le estamos premiando. Es decir que la conducta del más colaborador descenderá y el vago seguirá igual o se hará más vago.

Un jefe mejor decidirá dar trabajo al vago y felicitarle por el trabajo que acaba. Con esto premia que el vago trabaje, por lo que este aumentará su rendimiento. Pero hay que tener mucho cuidado, porque el la persona trabajadora, al ver que se felicita al vago, puede que baje su rendimiento. Es decir que con los vagos hay dos opciones: prescindir de ellos o animarles a trabajar. Si se sigue la segunda opción (la cual prefiero), lo que hay que hacer es no descuidar al buen trabajador y seguir animándole; de esta forma aumentaré el rendimiento medio del equipo, de la familia.

Es por esto que cuando hay dos hermanos, y uno se esfuerza y otro no, con independencia de las notas que saque hay que reforzar y valorar el esfuerzo, no como hacen los padres de Natalia, en la parte II, las notas, premiarlo y luego a parte reforzar y premiar los resultados. Es decir que a la hora de premiar o castigar las notas no tenemos que tener sólo en cuenta la variable de la nota que sacan, sino la que sacan y el esfuerzo que han hecho para obtenerla.

Pirámide de la conducta: interpretación de lo que veo

La personalidad de una persona determina su actitud y sus valores, y estos sus comportamientos (flechas azules). De las personas, solo vemos una pequeña parte de lo que son, vemos su comportamiento y su conducta. A partir de la conducta de las personas, inferimos sobre lo que son, sus creencias, sus valores, etc.

Hay que tener cuidado con inferir lo que son los adolescentes según lo que observamos, ya que se puede producir el llamado efecto Pygmalion. El efecto Pygmalion consiste en que si encasillamos a una persona en un rol , la trataremos según el rol que le hemos adjudicado, y al final conseguiremos que se comporte de esa manera.

Este efecto lo vi demostrado empíricamente con un grupo de personas en el Instituto de Empresa, a las que les dieron unas gorras, cada una con un rol. Toda persona veía los roles de los demás, salvo el suyo. Todos debían de interactuar con los demás según el rol que veían en las gorras de los demás. Al final el comportamiento de cada persona se adecuó a lo que llevaban en la gorra (que desconocían hasta el final) y además todos fueron capaces de adivinar el rol que se les había puesto.

Cuando nos dirigimos a personas tenemos que motivarlas (entendiendo por motivación que haga las cosas y las haga bien). No tenemos que juzgar las motivaciones de las personas, pero tengo que conocerlas para motivarlas

Nos tenemos que dirigir a los valores de la persona y a sus creencias, pero actuamos a través de la conducta. Según las flechas rojas, cambiando la conducta se pueden cambiar las actitudes y los hábitos y así la personalidad. Esto es por ejemplo lo que hacen los psicólogos cuando te dicen que salgas y hagas una vida normal cuando estás deprimido.

Si queremos cambiar los hábitos y actitudes de alguien, tengo que cambiar sus experiencias, dándole experiencias positivas sobre lo que nos interesa, para de esta forma actuar sobre los hábitos y actitudes.

Según lo que acabo de exponer, nuestra conducta estaría determinada por nuestra personalidad que determina nuestros valores y estos nuestra conducta, luego no tendríamos posibilidad de cambiar nuestra conducta durante un conflicto, y por lo tanto no podríamos solucionar ningún conflicto.

La realidad no es tan negativa, ya que de lo que pienso a lo que hago hay un momento donde puedo elegir. No podemos elegir (o modificar) lo que pensamos. Lo que pensamos sobre una situación depende de nuestra personalidad y de nuestros valores, y por lo tanto no lo podemos controlar ya que es algo intrínseco a mi.

Tampoco podemos elegir (o modificar) lo que sentimos, aunque muchos se empeñen en intentar cambiar sus sentimientos. No es posible cambiarlos, ya que lo que sentimos es una consecuencia directa de lo que pensamos y es un acto inconsciente. Podemos intentar conscientemente sentir otra cosa, pero es autoengañarnos, ya que nuestro inconsciente estará pensando otra cosa. Se puede alegar que de esta forma podemos influir al subconsciente, no lo niego, pero creo que eso nos crea una dicotomía que nos afectará a nuestro estado de ánimo.

Es más fácil influir sobre la conducta, ya que siempre podemos elegir lo que hago.

Es decir, que siempre podemos elegir cómo nos comportamos con los demás, independientemente de las circunstancias. Ser consciente de esto nos permite tomar el toro por los cuernos y poder influir en las relaciones con los demás.

Eligiendo cambiar nuestra conducta podremos cambiar lo que el otro piensa sobre nosotros y también cambiar lo que nosotros sobre la situación de conflicto. Volviendo al ejemplo de una persona deprimida, el psicólogo al recomendarle hacer una vida normal, lo que hace es cambiar su comportamiento. Con el tiempo, como se comporta de una forma normal su forma de pensar irá cambiando y con ella sus sentimientos.

Padres podéis elegir cómo actuar
Padres, podéis decidir vuestra conducta, cómo abordáis los problemas tomando distancia de cualquier situación y de esta forma conseguiréis que el adolescente os vea de otra forma y actúe de otra forma. Recordad siempre los objetivos de la adolescencia.

Otro ejemplo donde se ve que el comportamiento afecta al pensamiento lo podemos ver en el dicho “vive como piensas o pensarás como vives”. Si vives de una forma, al final te terminas creyendo que eres así y actuarás de forma inconsciente de esa forma.

El elegir en cada momento es fácil de decir, pero complicado de hacer, ya que los nervios, los sentimientos, las prisas, siempre juegan en contra nuestra. Si queréis profundizar en el tema de la elección, os recomiendo un libro llamado Conversaciones Cruciales de la editorial Empresa Activa.

Extinción de la conducta

Una conducta no se extingue inmediatamente por ponerle unos beneficios o unos castigos, sino que lleva tiempo. Esto es por lo que el típico castigo de 1 día o 1 semana sin teléfono o sin videojuegos o redes sociales no funciona.

Es más efectivo un castigo constante en el tiempo (unas horas sin ellos todos los días) o mejor aún un premio si hace las cosas bien.

Aunque pueda parecer paradójico, antes de que la conducta empiece a extinguirse esta aumenta, porque es el recurso que tiene la persona para protegerse en esas situaciones. Por este motivo hay que ser persistentes, para que así la conduzca desaparezca.

Conclusiones de las leyes de la conducta

Entendiendo la ley de la conducta podemos entender que lo primero que tenemos que tener en casa son unas reglas claras. La reglas deben ser claras y no cambiar según nuestro estado de ánimo o las circunstancias. Los adolescentes deben entender por qué las ponemos y por qué nos importan que se cumplan y si somos de castigos que entiendan la distinta severidad de castigos que deberá ir relacionada con la importancia de las reglas.

Puede haber reglas que podamos dejar a decidir según las circunstancias, como podría ser la hora de llegada. A lo mejor un día dejamos que venga más tarde porque es un cumpleaños, porque vuelve acompañado o incluso porque le trae el padre de un amigo.

Pero otras como podría ser la falta de respeto o la falta de honestidad pueden ser siempre ser inflexibles.

Yo no soy quién para decir qué reglas son mejores o peores, ni cuáles funcionan en cada casa, pues esto depende del carácter del adolescente, el carácter de los padres, los valores de ambos, la educación de los padres, las circunstancias, etc.

Pero sí soy quién para deciros que hay que tenerlas y éstas deben ser claras.

Como vimos en la ley de la conducta funcionan mejor los premios que los castigos y tened en cuenta que los adolescentes se hacen resistentes a los castigos. Es por ello que en vez de castigar y no hablar las cosas, es mejor dialogar y buscar compromisos. Podemos evitar a lo mejor un castigo si nuestro hijo se compromete a hacer algo que normalmente le cuesta mucho ¿Qué preferirá él un castigo o hacer alguna cosa? ¿Qué forma de actuar según la ley de la conducta es más efectiva y más constructiva?.

Cuando nuestros hijos hacen algo es porque obtienen algún tipo de beneficio de ello. Examinemos qué beneficio les aporta y si lo podemos sustituir por uno superior conseguiremos eliminar esa conducta.

En vez de castigos por exceso de uso de videojuegos o redes sociales, funciona mejor tener unas reglas y unos tiempos de uso. La programación de la tarde del adolescente no solo ayudará a estos a planificarse y tener las cosas claras, sino también a los estudios.

Muchos padres se desesperan porque sus hijos están continuamente retándoles con los mismos temas, pero la culpa no es del adolescente, es de los padres, porque no son consistentes con los premios, castigos y reglas. Unas veces ceden y otras no, así que el adolescente aprende que cuanto más insista más probabilidad tiene de obtener lo que quiere. Y mientras el beneficio que le aporta lo que quiere supere al coste de la discusión (que para nosotros es grande pero para él no tanto), lo seguirá haciendo.

Padres hay que tener reglas claras
Padres, con los adolescentes hay que tener reglas del juego claras que no se cambian y éstas deben de llevar definidos los premios y castigos que deriven de su cumplimiento o incumplimiento. Tened claro que es mejor los premios que los castigos.

 

Referencias

https://www.luisarimany.com/gestion-del-conflicto/#:~:text=El%20comportamiento%20de%20un%20ser,conducta%20disminuir%C3%A1%20poco%20a%20poco


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