Descarga de forma gratuita el libro «comunicación entre padres y adolescentes».
He decidido publicar gratis este libro en internet y subir su contenido a www.luisarimany.com a pesar de que tengo ya dos libros publicados con editoriales de prestigio. El motivo de hacerlo sin editorial es que quiero ayudar a los demás a mejorar sus vidas y es la mejor forma para que llegue a mucha gente es a través de internet.
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¿Qué es lo importante en la adolescencia para los padres?
Teniendo en cuenta que la adolescencia es el cambio de niño a adulto, es fácil ver qué es lo que todos los padres queremos al final de la adolescencia: un adulto independiente, con cabeza, con criterio y preparado para la vida adulta (dentro de esto entrarían las notas). Desde ahora le llamaré el objetivo de la adolescencia.
A los adolescentes aún les queda perspectiva, les queda madurez para verlo así, para un adolescente probablemente el objetivo de la adolescencia es pasárselo lo mejor posible, estar con amigos y descubrir cosas nuevas. Ambos objetivos no tienen por qué ser irreconciliables.
Si un padre quiere lo mejor para su hijo, ¿qué más puede querer que al final de la adolescencia el adolescente un adulto independiente, con cabeza, con criterio y preparado para la vida adulta?. Si hay otro objetivo más importante que éste, te ruego me envíes un email y me lo hagas saber para enriquecer este libro.
Pero si uno entiende la adolescencia como el paso de la niñez a la edad adulta, querremos que el resultado de la edad adulta sea el mejor posible. Pongamos la analogía con una mariposa, primero es un gusano (niñez), luego sufre un periodo de transformación llamado crisálida (adolescencia), para finalmente convertirse en una mariposa. ¿No queremos que la mariposa sea lo más bonita posible y que esté lo más preparada posible para alejarse de los depredadores?. Pues con los adolescentes igual.
Sin embargo, como no vemos las cosas con esta perspectiva, el día a día nos hace centrarnos en el orden, que ayuden en casa, que no beban, que estudien, que no estén demasiado tiempo con los videojuegos o las redes sociales, que se comporten de la forma que queremos y un largo etcétera.
Nuestras discusiones giran en torno a cosas que, si bien tienen importancia, muchas no tienen que ver con el objetivo de la adolescencia, aunque estén relacionadas. Vemos el árbol (el día a día) y no el bosque (queremos formar un adulto preparado para la vida)
El cómo gestionamos todas estas cosas produce conflictos en casa y a lo duro que es la adolescencia, le añadimos una capa de sufrimiento y estrés al adolescente que es peor para su desarrollo hacia convertirse en un adulto independiente. Es más, no sólo le añadimos sufrimiento, sino que en algunos casos les dejamos con consecuencias psicológicas que arrastrarán como una mochila el resto de sus vidas.
En el proceso no sólo sufren innecesariamente ellos, sino también nosotros. Tratamos de controlar a los adolescentes y ellos quieren su independencia, tratamos de que sean maduros para unas cosas pero les tratamos como niños para otras. Padres, siempre recordad, cuál es vuestro objetivo para el final de la adolescencia. No me compréis el mío si no queréis, pensad cuál es el vuestro y os daréis cuenta de que en el día a día no sois coherentes con vuestro propio objetivo final.
Casi todos los padres tratamos a los adolescentes de forma que tenemos continuos conflictos con ellos y eso hace que la comunicación entre adolescentes y padres se deteriore. Y aquí viene el que creo que debe ser nuestro segundo objetivo de la adolescencia, crear un clima en casa donde los niños puedan hablar sin ser recriminados y que sepan que en todo momento pueden contar con nosotros y que, si tienen algún problema grave como los de la primera parte, que nos lo cuenten para que podamos ayudarles.
Es decir, nuestro segundo objetivo como padres es que haya buena comunicación con los adolescentes y crear un clima de confianza con ellos, para que puedan acudir a nosotros cuando lo necesiten y para que tengan seguridad. Eso no supone ser amigos, dejar regañar, dejar castigar, dejar de hacer lo que creemos que tenemos que hacer. Lo que supone es que lidiemos con las cosas importantes, que busquemos antes el diálogo al castigo, que les apoyemos en sus decisiones, etc.
De esta forma les transmitiremos la seguridad que necesitan para crecer, que tengan dónde agarrarse ante los problemas y que tengan nuestra guía cuando la quieran recibir. Además contarán con nuestra ayuda y apoyo cuando sea necesario. Si no existe esta comunicación, los padres no se enteran de lo importante, los adolescentes no aprenden a cómo resolver bien las situaciones y los adolescentes sufren más de lo que deberían sufrir.
El tercer objetivo que debemos tener como padres para los adolescentes es que sean responsables de sus vidas, independientes, chicos con valores y con cabeza. Lo veremos más adelante y lo hemos visto en las situaciones de la adolescencia, no siempre estamos con ellos y ellos deben ser capaces de autocontrolarse y tomar las decisiones por sí mismos. No tiene que ser papá o mamá quien diga siempre lo que tiene que hacer, el adolescente debe tomar responsabilidad de su vida y autogestionarse.
Los adolescentes tienen que aprender a ser independientes y para eso debemos ir dándoles independencia, pues al final de la adolescencia deben ser adultos es independientes. Como cuando un niño echa a andar le perseguimos por si se cae para cogerle, al adolescente no hay que perseguirle, pero si acompañarle y tiene que saber que puede contar con nosotros ocurra lo que ocurra.
La educación en valores es importante, pues el adolescente cogerá los valores de su personalidad de los que ha tenido en casa, de sus amigos (en esta etapa influyen más que los padres) y de sus propias experiencias. La educación en valores no puede empezar en la adolescencia, debió haber empezado en la niñez, para que cuando se mezcle con amigos que traerán otros valores, los familiares ya estén muy arraigados.
Por último, tiene que estar preparado para la edad adulta. Los tres objetivos anteriores ya nos darían un adulto independiente y responsable, sin embargo, falta el tema de los estudios. En la adolescencia los adolescentes tienen que conseguir una media para estudiar la carrera que ellos quieran, pues eso determinará la carrera que puedan estudiar y por consiguiente determinará en cierta medida su vida. Así que podemos poner como cuarto objetivo de la adolescencia que tenga una nota media adecuada de acorde a lo que quiera estudiar nuestro hijo.
Si este objetivo te parece más importante que otros, lo dejo en tu elección, pero creo que primero tenemos que crear personas (adultos responsables preparados para la vida) y luego darles una carrera profesional.
He puesto intencionadamente lo que quiera estudiar nuestro hijo. ¿Qué quieres un ingeniero, un médico o un hijo feliz?. Si quieres saber de esto vete a la sección de Ikigai, ya llegaremos a eso.
Luego más adelante hablaremos de ésto, pero debemos de aceptar o al menos escuchar lo que nuestros hijos quieren hacer con sus vidas, aceptar sus limitaciones y no ser como los padres de Natalia que a pesar de sus notazas le meten mucha presión para sacar todo sobresalientes (parte II, sección los estudios y la presión de los padres y sección de las notas), ni irnos al extremo de los padres de Pedro que son unos dejados y le tratan como un tonto y un vago (parte II, sección de las notas)
Nosotros podemos querer que nuestro hijo estudie determinada carrera porque tiene buenas salidas, pero forzarle a tener notas para ello no siempre es lo mejor, pues le causaremos un gran estrés, a lo mejor en esa carrera le hace infeliz o empezada esa carrera se cambia a otra. Es posible que otras alternativas le hagan más feliz y pueda ganar dinero con ello (Ikigai, más adelante en esta arte)
Por último, tenemos que saber identificar los talentos y aficiones de nuestros hijos, pues si pasa como con José (parte II, sección Los estudios y la presión de los padres), que le gustaba tanto pintar y el diseño gráfico y se le daba también, que a lo mejor el camino profesional del adolescente deba ir por ahí, porque será bueno, será feliz y despuntará en lo que haga en vez de ser una persona mediocre más de otra carrera.
Como hemos veremos en las historias de las situaciones y vemos en nuestras casas los adolescentes estudian si realmente quieren, por lo tanto, nuestro quinto objetivo es que el adolescente quiera estudiar por sí mismo para tener un futuro mejor y se autoresponsabilice de su vida. Si conseguimos que el adolescente se responsabilice de su vida y que sea él el que sea el que vaya a determinar su futuro, es muy probable que consigamos que se autocontrole para estudiar.
Padres, entonces los 5 objetivos de la adolescencia son:
- El primer objetivo es tener al final de la adolescencia un adulto independiente, con cabeza, con criterio y preparado para la vida adulta Desde ahora le llamaré el objetivo de la adolescencia
- El segundo objetivo como padres es que haya buena comunicación con los adolescentes y crear un clima de confianza con ellos, para que puedan acudir a nosotros cuando lo necesiten y para que tengan seguridad. Que acudan a nosotros para servirles de guía y no tenerles que intentar guiar por la fuerza- Que sean independientes, chicos con valores y con cabeza.
- El tercer objetivo que tenemos que tener como padres para los adolescentes es que sean responsables de sus vidas, independientes, chicos con valores y con cabeza.
- El cuarto objetivo que tenemos que tener como padres para la adolescencia es que el adolescente tenga una nota media adecuada de acorde a lo que quiera estudiar nuestro hijo.
- El quinto objetivo para nuestros hijos, es que el adolescente quiera estudiar por sí mismo para tener un futuro mejor y se autoresponsabilice de su vida.
Adolescentes, vuestros objetivos más importantes en esta etapa además de los amigos y de divertiros deberían ser:
- Estudiar debería ser vuestra primera prioridad, por encima de amigos y divertiros, y si no al menos la segunda prioridad.
- Tomar responsabilidad de vuestra vida, es vuestra y es vuestro futuro, de nadie más. Tomar la responsabilidad es ser proactivo, tener objetivos y metas y entre ellos tener unas notas que os permitan acceder a la universidad que queráis. Esto no es incompatible con los amigos ni divertiros. Os recomiendo el libro los 7 hábitos de adolescentes altamente efectivos de Sean Covey.
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